Séptima Parte

Cambié de gimnasio, y entonces conocí a Miguel. Era todo lo opuesto a Andrés, que era un hombre sensible y ejemplar, Miguel era un treintañero que se dedicaba a enamorar mujeres ricas, era en otras palabras un puto. Me contaba que su mujer de 50 años estaba encantada con él, que lo obliga a ir al gimnasio como única condición para poder exprimir su cuenta de banco, que él se lo paga en las noches, dejándola contenta. Ella era una empresaria exitosa y de mala pinta. Miguel me confesó su bisexualidad luego de un par de copas que tomamos una noche, fue ese día que decidí deshacerme de la empresaria indirectamente, pues nadie negociaría con una enferma de VIH. Le dije a Miguel que tenía curiosidad por intimar con un hombre y muy gustosamente accedió a quedarnos esa noche en un hotel. No estaba seguro si él iba a querer meterme cosas por el culo o no, pero en ese momento no me importó, ya para algo había invertido en varias copas. Prácticamente me destrozó la ropa y me obligó a doblarme en una silla mientras era despojado de mi dignidad de hombre. El dolor fue insoportable, pero a la vez tenía su gustito, aunque como quiera, no pretendía dejar las cosas así, me tocaba a mí. Miguel gustosamente se recostó de la cama mientras yo exploraba el sexo homosexual, se sentía completamente igual a María con la excepción de que lo sonidos eran un poco incómodos al ser obviamente masculinos. Luego de unos meses Miguel me contó que contrajo VIH que me revisara que lo sentía muchísimo y que no se explicaba cómo pasó, y que además estaba solo y sin un centavo. Al ser un hombre inocente, aunque un poco afeminado, lo recibí en mi casa, y me revisé falsamente y le dije que yo estaba completamente bien. Sentí cargo de conciencia, pero nada que me perturbara en el diario vivir.

3 cuestionamientos:

Anonymous May 28, 2009 at 11:30 AM  

Que mielda se ha puesto este blog!!!!!

Capitán Puñeta May 28, 2009 at 11:54 AM  

Ahora le gusta el bicho como a Gajo.

Anacaona May 28, 2009 at 6:52 PM  

Me gusto mucho tu historia del hombre con VIH y su impetu de vengarse de las mujeres. Muy creativo.

Lo que lo hace mas interesante y te mantiene leyendo con intriga, es esa sensacion de fatalismo que se queda en el subconsiente de uno mientras continua leyendo la historia y se va desarrollando la accion poco a poco. Es como una sensacion de tristeza por lo inevitable de que le van a pegar el SIDA a estas mujeres, y se siente como que el lector es el complice de este hombre vengativo, pues uno lo acompana en sus pensamientos macabros.

EXCELENTE. Continua escribiendo.